viernes, 25 de junio de 2010

Trabajo de Taller de Ética y Educación


Experiencia Personal Relación Profesor-Alumno


"Como futura docente, antes de decidir qué carrera estudiar, viví una experiencia relacionada directamente con la acción de educar, fuí voluntaria en un campamento de mi comuna y cada sabado por la mañana iba a jugar, hacer reforzamientos y enseñar conocimientos básicos a niños prescolares desde tres hasta seis años. Al inscribirme pensé ciegamente en que mi misión era transmitirle todos mis conocimientos, valores y experiecias a aquellos niños; bastó tan solo una mañana de sabado para descubrir que lo que creía como misión estaba completamente errado. Llegue muy nerviosa a la "sede" que consistía en una mediagua que en su interior contenía unas diez sillas universitarias de fierro y madera, además del baúl de materiales, un mapa mundi, una fotografía desgastada y boceteada de el presidente de turno, una escoba junto al gran basurero vacío y el piso repleto de basuritas, los rincones con telarañas, y muchas...pero muchas garrapatitas que disfrutaban el calor del piso de madera que el verano les brindaba. Comienzan a llegar los niños, las narices sucias, ese olor con un dejo de pichanga y canal, las caritas embarradas y más de un pie sin zapato. La imagen me congelo y decidi bloquear mis sentimientos y comenzar a poner atención en sus sentimientos. Un niño, Elias (lo recuerdo muy bien), no quería entrar a la sala y menos sentarse...salí a hablar con él y por unos instantes pensé que lo había logrado y que Elías me haría caso pasivamente pero en el momento en que cruza eso por mi mente me llega nada más ni nada menos que un pedazo de ladrillo y un garabato. Deje que Elías hiciera lo que quisiera y volví a la sede; adentro todos estaban aun más nerviosos que yo, asique les puse un poco de música y comencé con las actividades. Al principio me sentí satisfacción por mi labor...los niños aprendían las vocales rápidamente con dibujos y canciones que inventaba al paso; y poco a poco comencé a descubrir la razón verdadera por la que yo estaba enseñando en ese sitio, cada vez que un niño me hacía una consulta, cada vez que intentaban expresarse, contandome cualquier tontería y queriendo decir más; ellos me contaban sus pequeños problemas...problemas de niños, pero problemas de niño pobre, de niño sin juguetes, sin plaza, sin cuadernos ni lápices, sin mamá, sin papá, sin apoyo en la escuela, sin infancia. Pequeñas personitas con problemas de grandes que necesitaban de mi mucho de lo que les estaba entregando...necesitaban que yo aprendiera de ellos, creciera y madurara aprendiendo de mis errores y de los suyos; descubrí que el educando es el pilar fundamental en la enseñanza, que el educador debe cada día rescatar un valor, una enseñanza o algo nuevo que cada niño tiene para entregarle y así crear una relación enriquecida con experiencias, afecto, responsabilidad, amor y vocación. Cuando Elías vio que yo estaba dispuesta a aprender de él, de lo que él me quisiera enseñar, fue el momento en que descbrí que con tan solo seis años debía cuidar a sus hermanas pequeñas, que su padre le pegaba, que hace mucho el ya sabía las vocales y que, en resumidas cuenta, siempre era el mejor de mi clase".

martes, 22 de junio de 2010

Mi poema preferido de niña :)



A Margarita Debaile


Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.


Éste era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes,


un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.


Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.


La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.


Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.


Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.


Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.


Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.


Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?»


La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».


Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar».


Y dice ella: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté».


Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver».


La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.


Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».


Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.


La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.


Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.


Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.



Rubén Darío.

sábado, 5 de junio de 2010

mitad tu, mitad de luna.


Esta noche,

me falta la otra mitad de la luna,

la que te pertenece a ti.

Me acuesto, te levantas y la vida divide todo,

hasta los sueños.


Me confundo al verte tab mio

mientras conversamos, mientras

por algunas horas me haces feliz...


Tantas cosas que contarte

que mi lengua enmudece y se arrepiente.

Recuerdo ese último beso como

el final más triste de mi corazón.


Y así sueño cada noche contigo y tus ojos de cielo,

contigo y ya no existe ese miedo.

Me preparo para concentrarme

y no verme estupida cuando ries.


Preguntas sobre temas complejos

pero respondo como si fueras mi confidente.

Me quitas todas las ganas de aquel

con tan solo ver tu nombre, verte.


Y aunque no estes cerca,

no siento la distancia, ya no.

Fuiste tan cercano, tan distante

y tan relativo de compromiso.


Me amaste, me cuidaste y ahora

me veo sola y asumo que cometí un grave error.

Dejarte ir, sin tan solo pudiera tocarte,

si tan solo pudiera pedir que con migo te queds.


Es por eso que hoy la luna me regala

solo su mitad y me alumbra a la mitad

y me impide tu mitad.